lunes, noviembre 13, 2006

Tras un sueño

- ¿Qué te pasa hija mía?, ¿Por qué lloras?.

- ¡Se ha muerto mamá ! , ¡se ha muerto porque no me iba con él!.

- Tranquila mi vida, era solo una pesadilla, dame un abrazo muy fuerte y verás como se te pasa.

- ¡Yo no quería que se muriera!.

- No ha pasado nada, ¿no ves que estás con tu madre?, estabas dormida.

- ¡Pero lo he visto, se moría por mi culpa!.

- Bueno, cariño, cuéntame qué has soñado.

- Estaba en la calle jugando yo sola y de pronto se me acercó un caballo muy bonito, era de color blanco brillante y me hablaba con los ojos.

- ¿Y qué te decía?.

- Escuchaba su voz en mi cabeza, me decía que lo siguiera, que me fuera con él.

- ¿Y qué hiciste?.

- Yo quería irme pero me daba miedo porque era muy grande, me fui corriendo y él me seguía todo el rato. Yo me habría ido con él pero tenía miedo a caerme y hacerme daño.

- Venga hija, tranquila, cuéntame qué paso con el caballito.

- Me seguía a todas partes y yo corría para esconderme. ¡Me sentía mal pero no dejaba de correr mamá!. Me subí a un autobús lleno de gente y el caballo me encontró, yo empecé a gritar, todo el mundo me miraba.

- No llores más, ¿no ves que solo era una pesadilla?.

- Entonces el caballo me dijo que si no me iba con él, tenía que morirse. ¡Yo hice que se muriera!.

- Mi vida, te voy a preparar un poco de leche caliente y verás como te tranquilizas y ves que no ha pasado nada.

(...)

- Toma. ¿Estás mejor?.

- Sí, pero mamá... ¿por qué he tenido ese sueño?.

- A veces los sueños nos dicen cosas, hija mía. Son como cuentos que esconden un mensaje para nosotros.

- ¡Papá!. Creía que no venías esta noche.

- Quería veros, no puedo irme sin mis mujercitas.

- ¿Entonces no te vas papá?.

- No hija, no me voy.

- ¡Qué bien!.

- Así que has tenido un sueño.

- ¡Era una pesadilla!, un caballito blanco me perseguía diciéndome que me fuera con él y yo tenía miedo. Al final cómo no me iba tras él, se murió y yo me he despertado muy triste.

- Tal vez ese caballito blanco era un sueño.

- ¡mamá ya sé que era un sueño!

- No hija, me refiero a que todos nacemos con sueños, cosas que queremos hacer en la vida para ser felices y hacer felices a los demás. Todos tenemos de ese tipo de sueños.

- Cariño...

- Los sueños son como ese caballo brillante que te decía que lo siguieras. Están ahí llamándonos, pidiéndonos que les hagamos caso y no los olvidemos nunca. A veces, aunque sabemos que si no los seguimos no seremos felices, nos da miedo y no lo hacemos y los sueños acaban muriéndose sin nosotros.

- Pero mamá, si son nuestros sueños, ¿por qué nos da miedo seguirlos?.

- Hija, al igual que tú querías seguir al caballo pero te daba miedo por si te caías y te hacías daño, ir tras nuestros sueños implica enfrentarnos a nuestros miedos.

- ¡Pues yo ya no quiero tener miedo!, si me vuelvo a encontrar con el caballito, lo voy a seguir.

- Muy bien hija, ahora duerme. Buenas noches.

- Buenas noches papá, buenas noches mamá.

- Buenas noches mi vida.

(...)

- Cariño...

- Abrázame por favor.

- Tienes que irte, solo serán unas semanas y nosotras te estaremos esperando. No temas amor mío.

- Pero ya le he dicho a María que no me iba.

- Ella entenderá que su padre se ha ido detrás de su sueño y que si no lo hace no podrá ser feliz. Y ella no querrá que su papá no sea feliz.

- Gracias mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es un sueño precioso Pedro. Ahora que lo leo de nuevo no puedo evitar que me emocione y vea claro su significado. No puedo más que agradecerte que con tus palabras lo capturaras un día para que ahora exista por sí mismo más allá de un simple sueño , y que quizá otros puedan también reconocer esa señal que les indica qué deben seguir realmente para ser felices.

Gracias por escribir Pedro.

xxxxxxx
K.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.