- ¿Qué te pasa hija mía?, ¿Por qué lloras?.
- ¡Se ha muerto mamá ! , ¡se ha muerto porque no me iba con él!.
- Tranquila mi vida, era solo una pesadilla, dame un abrazo muy fuerte y verás como se te pasa.
- ¡Yo no quería que se muriera!.
- No ha pasado nada, ¿no ves que estás con tu madre?, estabas dormida.
- ¡Pero lo he visto, se moría por mi culpa!.
- Bueno, cariño, cuéntame qué has soñado.
- Estaba en la calle jugando yo sola y de pronto se me acercó un caballo muy bonito, era de color blanco brillante y me hablaba con los ojos.
- ¿Y qué te decía?.
- Escuchaba su voz en mi cabeza, me decía que lo siguiera, que me fuera con él.
- ¿Y qué hiciste?.
- Yo quería irme pero me daba miedo porque era muy grande, me fui corriendo y él me seguía todo el rato. Yo me habría ido con él pero tenía miedo a caerme y hacerme daño.
- Venga hija, tranquila, cuéntame qué paso con el caballito.
- Me seguía a todas partes y yo corría para esconderme. ¡Me sentía mal pero no dejaba de correr mamá!. Me subí a un autobús lleno de gente y el caballo me encontró, yo empecé a gritar, todo el mundo me miraba.
- No llores más, ¿no ves que solo era una pesadilla?.
- Entonces el caballo me dijo que si no me iba con él, tenía que morirse. ¡Yo hice que se muriera!.
- Mi vida, te voy a preparar un poco de leche caliente y verás como te tranquilizas y ves que no ha pasado nada.
(...)
- Toma. ¿Estás mejor?.
- Sí, pero mamá... ¿por qué he tenido ese sueño?.
- A veces los sueños nos dicen cosas, hija mía. Son como cuentos que esconden un mensaje para nosotros.
- ¡Papá!. Creía que no venías esta noche.
- Quería veros, no puedo irme sin mis mujercitas.
- ¿Entonces no te vas papá?.
- No hija, no me voy.
- ¡Qué bien!.
- Así que has tenido un sueño.
- ¡Era una pesadilla!, un caballito blanco me perseguía diciéndome que me fuera con él y yo tenía miedo. Al final cómo no me iba tras él, se murió y yo me he despertado muy triste.
- Tal vez ese caballito blanco era un sueño.
- ¡mamá ya sé que era un sueño!
- No hija, me refiero a que todos nacemos con sueños, cosas que queremos hacer en la vida para ser felices y hacer felices a los demás. Todos tenemos de ese tipo de sueños.
- Cariño...
- Los sueños son como ese caballo brillante que te decía que lo siguieras. Están ahí llamándonos, pidiéndonos que les hagamos caso y no los olvidemos nunca. A veces, aunque sabemos que si no los seguimos no seremos felices, nos da miedo y no lo hacemos y los sueños acaban muriéndose sin nosotros.
- Pero mamá, si son nuestros sueños, ¿por qué nos da miedo seguirlos?.
- Hija, al igual que tú querías seguir al caballo pero te daba miedo por si te caías y te hacías daño, ir tras nuestros sueños implica enfrentarnos a nuestros miedos.
- ¡Pues yo ya no quiero tener miedo!, si me vuelvo a encontrar con el caballito, lo voy a seguir.
- Muy bien hija, ahora duerme. Buenas noches.
- Buenas noches papá, buenas noches mamá.
- Buenas noches mi vida.
(...)
- Cariño...
- Abrázame por favor.
- Tienes que irte, solo serán unas semanas y nosotras te estaremos esperando. No temas amor mío.
- Pero ya le he dicho a María que no me iba.
- Ella entenderá que su padre se ha ido detrás de su sueño y que si no lo hace no podrá ser feliz. Y ella no querrá que su papá no sea feliz.
- Gracias mi vida.
lunes, noviembre 13, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Es un sueño precioso Pedro. Ahora que lo leo de nuevo no puedo evitar que me emocione y vea claro su significado. No puedo más que agradecerte que con tus palabras lo capturaras un día para que ahora exista por sí mismo más allá de un simple sueño , y que quizá otros puedan también reconocer esa señal que les indica qué deben seguir realmente para ser felices.
Gracias por escribir Pedro.
xxxxxxx
K.
Publicar un comentario