Hemorragia

Con un único suspiro de alivio, deja de morderme la tensión y me pongo a escribir que hoy, aquí y ahora, he perdido el miedo a no ser yo, a diluirme en esta vida hecha por y para otros, que me hace con excesiva frecuencia revolverme contra todo y plantearme qué es lo que alguien como yo, roto por muchas partes, puede hacer para no asesinar la voz de sus entrañas. Ya no creo que vaya a llegar el día en que se me quiebre la inquietud y se me congele el alma, ya no corro, sé que todo lo que necesito reside en este momento mágico, en esta brisa etérea que me acarica y me soslaya, que me sublima y me descompone, que me eleva y me hunde, que me muestra el reino de los sueños locos. Lo sé porque, cuando todo parece acelerarse y desviarse, estos momentos acuden en mi busca y se derrama de mi interior un instante fugaz de calma para que lo siga y no me pierda.