viernes, noviembre 24, 2006

Cogido de la mano serena

Aquí está de nuevo la mano serena que aplaca los miedos y me libera. No se si la he llamado o si ha venido a mi vera, a rescatarme de la sucia marea que siempre me anega cuando camino lejos de ti. No puedo, no quiero, me niego a vivir en otra tierra. Mis manos tiemblan cuando mi espíritu se lamenta y le falta la voz, todo mi ser se tambalea enmudecido por el ruido que siempre encontré caminando por las sendas marcadas. Es por eso que alejé mis pasos y me sumí en el bosque del silencio, donde construí la casa donde pastan las soledades.
Aquí me enfrento a lo que está escrito, rompo palabras para asirlas de nuevo a la tela con la que coso mis sueños, con las que enciendo la luz de mi intuición. Con ellas me desnudo y me entrego al momento y cuando regreso, soy yo y no hay ruido capaz de quitarme eso, soy yo y mi camino es el de crear, el de esculpir, escribir y pintar, el de danzar como la pluma que perfila sus pasos en el vacío movida por la misteriosa fuerza que me impulsa hasta aquí.

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