Mi luz

Esta mañana he acudido al trabajo cansado y sin ánimo. He encendido el ordenador y, ante la sensación que me golpea de que hoy nada me acaricia el corazón, he decidido lidiar con las soledades y romper la cadencia de mis emociones. Escribiendo me hago uno con mis recuerdos y recorro los lugares del camino que me vistieron de luz. Recuerdo la calma que se coló dentro de mí al hallarme caminando acompañado de otras luces que vinieron a compartir conmigo, que me mostraron su fuerza y me alumbraron la vida en los momentos en que esta languidecía. Me encontré con sus palabras, con sus risas, con su pasión por las pequeñas cosas. Me olvidé de dolores y temores y aparté la arrogancia que a veces se cuela en mi interior. Esos momentos efímeros me visitan esta pesada mañana en el trabajo y la luz que hay en mí rebrota y agita mi alma que sabe que en el camino que conduce a los sueños hay que saber actuar y confiar, no dejar nunca de lado nuestra senda, pero tampoco renunciar a los momentos de encuentro y recogimiento que nos aclaran las sombras y nos hacen reponer fuerzas.