domingo, abril 15, 2007

No al miedo

Hasta dónde llega el miedo que su marca va impresa hasta en los genes, heredado de nuestros ancestros que enfrentaron antes que nosotros el abismo de la incertidumbre. Ay de esta mente compulsiva que todo lo pretende y no me deja, que solo puedo amar verdaderamente lo que no tengo. Por eso decidí que mi vida fuera un viaje, no quedarme, alejarme de un lugar sin aferrarme, descubrir uno nuevo para no acomodarme, saborear casa segundo sabiendo que no volveremos a encontrarnos. Y cuando mis huesos dejaron de responderme y hube de encontrar un lugar donde descansarlos, quise buscar el amparo de este bosque donde las soledades no auyentan mis silencios. Con mi frente surcada de arrugas rememoro los momentos y por fin puedo decir que he aprendido a ser libre, todo cuanto he vivido lo he amado intensamente, no he dejado que el miedo me quiebre, nada he poseido, no se puede controlar el misterio de la existencia.

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