La tristeza nos puede presentar los desgarros del alma y enviarnos al abismo de la depresión si nos identificamos con ella. Pero también nos presenta la oportunidad de escuchar el silencio y entrar en contacto con nuestros anhelos y nuestros sueños. Si la recibes y la escuhas sabiendo que es una de las caras con las que se manifiestan las señales del camino, no habrás de temerla y las lágrimas arrastrarán y se llevarán los ruidos que nos apartan del mundo. Es por esto que hay que brindarle una copa y no temerla, aprendiendo de ella y sabiendo que ahí está la alegría dispuesta a recibir al hombre que lucha y acepta sus cicatrices para afrontar la vida con la pasión del guerrero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
ah y gracias por dedicar tu tiempo y tu arte
Tener en cuenta que no siempre es facil no sucumbir y no verse identificado con la tisteza,mas si ella forma parte de ti y se haya tan dentro como las propias entrañas;anmarañada,arraigada...Es cierto sin embargo que da la posibilidad al guerrero de mostrar su valia,de aclarar lo que antes eran tinieblas,de que el niño crezca y sea hombre...Pero que pasa si el guerrero no se concibe como tal,la espesa soledad de la noche lo cubre todo y el niño no puede mas que llorar lagrimas que lo arrastran a el.En definitiva, y si te hundes y tu alma pesa tanto que no eres capaz de vislumbrar la superacion.
Ama la trsteza porque ella te enseñara,pero es inebitable temerla,porque es engañosa,cruel y poderosa.
Vita,perpetua bellum est
Publicar un comentario