El sentido de cada viaje

En cada viaje, en cada camino, hay un momento que a modo de destello, de claridad fugaz, da un sentido a todo lo visitado, a todo lo andado, a todo el cansancio que hubo de vencerse hasta llegar a ese momento. Ese viaje, al cabo de los años, será recordado por un momento distinto, por un algo que, quizás por inesperado, se clavó en nuestra mente llegando más hondo que ningún monumento de piedra.

Un giro en el camino, un desvío de lo planificado, un esfuerzo por alcanzar a desvelar una intuición y, de repente, te sientes envuelto de libertad, respirando con fuerza, con el corazón embuído de una alegría casi infantil. Y sabes que estás en armonía con el mundo, que todo cuanto hiciste para llegar hasta ahí por fin culminó en un rayo fugaz, en una dicha embriagadora que te enriqueció el corazón y te hizo volver sobre tus pasos por un camino diferente, con un recuerdo nuevo que te alumbrará en el día a día.