Pararse cada mañana a escuchar la propia voz. Dejar que el silencio se asiente en la mente y empezar a fluir sobre el papel. Coger desde el primer instante las riendas de tu tiempo y preguntarte sin miedo en qué momento estás en tu vida.
En eso consisten las páginas de la mañana, primer ritual del día para conectar con el yo creativo. Meditación lúcida para detectar pensamientos entre tú y la acción, para dejar una puerta abierta con el mundo de los sueños en ese momento en que todavía no estamos del todo despiertos a la mente.
En esas páginas hallar la brújula auténtica que ha de guiar los pasos. Ser consciente para elegir, ser consciente para actuar, ser consciente para crear y dejar de anteponer excusas ante la vida que un día soñaste vivir.
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