Céntrate en la respiración. Procura aprovechar todo el volúmen de tus pulmones y que, con la inspiración, se inflame también tu abdomen. Los pensamientos pasarán pero es el momento presente, es el momento de centrarse en el ahora. El aire entra por los orificios nasales, atraviesa la laringe y la tráquea para penetrar en los broquios y alcanzar los globos alveolares. Un momento de pausa, la respiración parece que se detiene. Entonces el aire retoma el camino inverso para dejar el cuerpo. Notas que el aire ahora está más caliente, más cargado.
Deja que tu cuerpo se relaje, que se desprenda la tensión que trajiste contigo. Deja que tu cuerpo se conecte con el paisaje, que el fuego del sol caliente tu piel, que las gotas de agua corran por tu rostro. Siente la roca bajo tus pies y el viento que sopla. Siéntete parte del mundo, eres responsable de lo que te sucede.
Deja que tu cuerpo se relaje, que se desprenda la tensión que trajiste contigo. Deja que tu cuerpo se conecte con el paisaje, que el fuego del sol caliente tu piel, que las gotas de agua corran por tu rostro. Siente la roca bajo tus pies y el viento que sopla. Siéntete parte del mundo, eres responsable de lo que te sucede.